El remordimiento es un sentimiento que experimenta una persona cuando cree que no ha actuado de manera correcta. Se trata de una sensación de culpa o de un malestar que persiste cuando una acción propia se juzga como negativa. La definición no es nuestra sino de la Real Academia de la Lengua Española.
Este sentimiento es lo que sienten el 5% de los transexuales. Aunque la gran mayoría de personas que se han cambiado de sexo se muestran públicamente orgullosos ‘su nuevo yo’, lo cierto es que detrás de esa fachada hay muchos otros que viven devastados por la decisión sin retorno que tomaron.
Sin embargo, los arrepentidos de haberse cambiado de sexo, no hablan públicamente, no pueden, las amenazas del lobby LGTBI y demás activistas se lo impide. Cualquiera que se posicione en contra de la ideología de género queda marginado, excluido y amenazado.
Por ello, entender lo que piensan y sienten las personas que se han arrepentido ha sido bastante complicado durante años. Uno de los primeros de dio la cara fue Walter Heyer que tras vivir una infancia muy complicada, un cambio de sexo innecesario y una lucha por buscar su identidad, ha criticado como el lobby LGTBI manipula a los niños en los colegios para que se cambien de sexo. Además fue el encargado de desmontar el film transexual ‘La chica danesa’.
Pero ahora el medio The Federalist ha publicado más testimonios de transexuales que consideran su cambio de sexo el mayor error de sus vidas.
Para los protagonistas de este reportaje, la cirugía de cambio de sexo es sinónimo de mutilación genital, el tratamiento de hormonas es una potente droga y la disforia de género un trastorno de identidad sexual que no recibe la necesaria atención psicológica. Si eres hombre la operación no te convierte en mujer o si eres mujer en hombre… no es sino pura y dura mutilación genital.
Así piensa Alan Finch, un australiano de 36 años, que fue durante 17 años una mujer llamada Helen. En su adolescencia nunca se sintió integrado, tal y como afirma en la cadena de televisión ABC, por lo que pensó que era homosexual.
Pero las dudas siguieron aflorando en su juventud, por lo que pensó que estaba “atrapado” en el cuerpo equivocado. Tras recibir el apoyo de su madre y de los médicos, se sometió a una operación de cambio de sexo, una decisión que no tiene vuelta atrás, un hecho del que fue consciente demasiado tarde.
“La operación es falsa, no te cambian el sexo, eso es biológicamente imposible, te mutilan los genitales y luego te hacen creer que eres mujer, pero esto falso, interiormente sigues siendo hombre”, confiesa.
Finch define la operación de cambio de sexo como “hacerle la liposucción a una persona anoréxica”, y asegura que después “el vacío es incluso peor”. Tras pasar unos años tormentosos siendo ‘Helen’, demandó a la clínica de identidad de género de Australiana, por un mal diagnóstico.
Fue entonces cuando la comunidad transgénero se le echó encima, recibió amenazas, llamadas de odio y fue perseguido y humillado públicamente.
Ante el estallido de odio, Finch decidió permanecer en el anonimato, dejando que su historia se olvidara en el tiempo.
Las amenazas resultaron efectivas, para la comunidad LGTBI es importante que los transexuales muestren una imagen de “felicidad” y “autenticidad” de cara al público, pero cuando cuándo uno de ellos tiene la osadía de plantarle cara al falso papel de fondo, le silencian sin miramientos.
Otro caso sonoro es el de Renée Richards (el nombre de mujer que le hizo famoso), aunque en realidad nació como Richard Raskind. Fue un campeón de tenis muy famoso en los años 70 y saltó a la fama no solo por su destreza con la raqueta sino por ser una de las primeras personas del mundo en someterse a un cambio de sexo.
Su decisión creó un gran revuelo en la sociedad de aquel entonces, llegando a convertirse en un símbolo para el transexualismo del siglo XX. Era de esperar que Richards mostrara una imagen de fortaleza y valentía… pero esta imagen no se asemejaba a la pesadilla que estaba viviendo el tenista fuera de las cámaras.
En una entrevista concedida a la revista ‘Tennis Magazine’ en 1999 Richards confesó la realidad del cambio de sexo.
“Se que en el fondo que soy una mujer de segunda clase, si hubiera tomado una droga que me redujera la presión la hubiera tomado sin pensar, antes que operarme. No quiero ser ningún ejemplo a seguir para personas transexuales. Quiero decir públicamente que hay mejores opciones a la operación de cambio de sexo, hay muchas opciones a destrozarte la vida por la confusión de no saber quién eres”.
La historia de Mike Penner es aún más trágica. Este periodista deportivo, de gran fama escribió en ‘Los Ángeles Time’ durante 24 años. En el año 2007, en la columna semanal antes de las vacaciones de verano anunció que volvería siendo ‘Christine Daniels’.
Dicho y hecho a la vuelta de vacaciones volvió a la redacción como mujer, después de haberse sometido a una operación de cambio de sexo y comenzado un fuerte tratamiento de hormonas. El periódico entonces decidió otorgarle un blog para que relatara sus experiencias como mujer.
El blog llamado ‘La mujer del progreso’ fue una gran plataforma para el activismo transgénero; pero entonces en 2008 sin previa explicación se canceló el sitio web.
De un día para otro, Penner decidió dejar de lado a Christine y volver a ser el Mike de siempre.
El periódico nunca quiso reconocer los motivos para eliminar las entradas del blog y aunque los medios de comunicación intentaban hablar con el periodista y con el medio, se negaron a dar explicaciones.
Un año más tarde en 2009, Penner apareció muerto en su casa, se suicidó, no se saben los motivos. El funeral fue estrictamente privado para mantener alejados a los medios de comunicación que quedaron conmocionados con la noticia.
Por su parte, la comunidad LGTBI ofrecieron un funeral pero solo a ‘Christine Daniels’ y no a Mike Penner.
Otro de los testimonios es el de Nancy Verhelst natural de Bélgica. Después de una infancia complicada, la única niña de su familia y con dos hermanos varones, asegura que su madre siempre la apartó por ser más débil que el resto.
Nancy sintió que todos sus problemas se basaban en que no tenía el sexo biológico adecuado, por lo que decidió que operarse para hacerse varón.
En 2009 comenzó su terapia hormonal para el cambio de sexo y finalmente se sometió a dos cirugías en 2012: una mastectomía y una reconstrucción genital para tener un pene.
En una entrevista que Verhelst concedió al periódico belga Het Laatste Nieuwshoras aseguró que se sentía “un monstruo” y que no “podía superar la depresión que la había consumido desde pequeña”.
A los 44 años, Nancy finalmente pidió a los médicos la inyección letal. En Bélgica, la eutanasia es legal desde el 2002 y solo hace falta un escrito médico que alegue “sufrimiento insoportable” para que lo concedan.
Un año después logró los papeles que aceptaban la eutanasia, y el 30 de septiembre de 2013, Nancy se suicidó en manos de los médicos.
Una comunidad silenciada
Si bien estas historias forman parte de un pequeño porcentaje, lo cierto es que muchas veces son silenciadas para que la opinión pública sobre una cuestión compleja.
Aun así, un estudio sueco elaborado en 2003 por el Instituto Público de Salud descubrió que las tasas de mortalidad postoperatoria y las tasas de suicidio entre transexuales es mucho mayor que en el resto de la sociedad.
En el estudio, varios encuestados aseguran que no han tenido apenas ninguna ayuda psicológica incluso, afirman que los médicos ni siquiera les hacen preguntas.
El informe concluye con la siguiente declaración: “Sí, hay varios casos documentados de arrepentimiento, pero la mayoría oculta su insatisfacción por lo que se desconocen los datos reales. Algo muy lamentable, porque nos impide ofrecer una ayuda necesaria a los problemas que se enfrentan los transexuales”.
La ideología de género impuesta
El discurso de ideología de género está presente en todas las sociedades del mundo.
En España, El lobby gay ha logrado entrar en las aulas gracias a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que con la ley sobre de protección integral contra la discriminación por diversidad sexual y de género, los escolares de Madrid, de colegios públicos, concertados y privados tendrán que aprenderse entre otras muchas cosas los diferentes tipos de sexo.
A pesar de que la sociedad civil no tolera esta imposición de ideología, y de que muchas asociaciones hayan pedido un recurso de inconstitucionalidad contra ley LGTBI de la Comunidad de Madrid, para luchar por la igualdad, la integridad física y moral o la libertad de expresión, lo cierto es que la protección al colectivo LGTBI es muy visible.
Incluso los académicos han mostrado su rechazo ante una ley que intenta adoctrinar a niños desde los tres años. El epidemiólogo y psiquiatra Paul McHugh, doctor en Medicina y uno de los mayores especialista en Neurología del mundo criticó la ley de Cifuentes asegurando que “antes de que un gobierno imponga unas leyes a la gente hay que conocer lo que la ciencia dice sobre esta cuestión”.
Aunque cada vez hay más personas que han decidido dar la cara y contar su testimonio de arrepentimiento y de perdón. Actuall contaba el caso de Fernando Ñaupari, un peruano que vivió 28 años como transexual y que gracias a un fuerte encuentro con Dios pudo cambiar de vida de nuevo.
Fuente: Actuall.