Por Carlos Beltramo, PhD, y Germán Beltramo
Probablemente hayan oído hablar del presidente de Hungría, Victor Orban, probablemente el principal líder anti-Globalista en Europa pero quizás no hayan oído mucho sobre Katalin Novak, la Ministra húngara de Asuntos de la Familia. Orban está haciendo todo lo que está en sus manos para animar a los húngaros a tener más hijos, pero Novak es quien en realidad está implementando sus políticas.
Novak es muy importante dentro y fuera de Hungría. Según la edición húngara de la revista Forbes, la popular primer ministro Novák es en este momento la mujer más conocida del país, por delante de la esposa y la hija del propio Viktor Orban. Quizás por esa razón Orban ha delegado en Novák la creación de un gran grupo europeo de partidos conservadores y patrióticos frente al globalismo, defendiendo valores como la vida, la familia, la libertad religiosa y las raíces cristianas de Europa.
Novak es el cerebro detrás de las políticas en favor de la natalidad, la promoción de la familia y la contención de la inmigración incontrolada en su país. Fue una de las principales impulsoras de la reforma constitucional que establece que «la madre es una mujer, el padre es un hombre». Y eso está escrito de esa manera porque sin duda había puesto mucha atención a las demandas de los promotores del género quienes afirman que cualquiera puede ser padre o madre sin importar su sexo. La nueva constitución garantiza que las parejas homosexuales y transexuales en Hungría no pueden convertirse en padres adoptivos.
Population Research Institute acaba de participar en el congreso “Demografía y Cultura de la Relación entre Parejas” que, como podrán imaginarse, se celebró en Budapest, la capital de Hungría. Aunque el Congreso fue organizado por la Family Science Alliance, la Sociedad Húngara de Profesores de Batthyány y la Alianza Europea de Ciencias de la Familia, contó con el firme apoyo del Gobierno húngaro. Intervinieron Katalin Novák, Ministra húngara de Asuntos de la Familia; Attila Beneda, Vicesecretaria de Estado de Asuntos de la Familia, y Orsolya Szeiler, representando al Ministerio de Justicia.
El encuadre del congreso fue la crisis demográfica que está invadiendo Europa motivada por el ataque cultural a las familias. La izquierda sabe que si se destruye la familia natural, que consiste en un padre y una madre y sus hijos naturales o adoptados, también se destruye la tasa de natalidad. Esta es una de las razones por las que el número de nacimientos en Europa sigue disminuyendo, profundizando lo que durante mucho tiempo ha sido un «invierno demográfico» en este continente.
Los jóvenes fueron el centro de la conferencia, porque ellos son los que en gran número han dejado de casarse, iniciar familias y tener hijos. Y por esta razón, también son la solución, si es que los convencemos a tiempo del valor de las familias.
Los expositores señalaron que el Gobierno no podía hacer mucho en términos de política fiscal y tributaria. La tarea recae principalmente en las propias familias, que no sólo deben ser el objetivo de este cambio, sino también la fuerza motriz que lo impulse.
Pat Fagan expuso de manera brillante en los tres días y enfatizó la importancia del padre con su ponencia “El padre casado: El nuevo patriarca sirviendo a su esposa e hijos”. En ella destacó la importancia de la figura paterna en la transmisión de valores a los niños y en la recuperación del camino no sólo de crear familias… sino de crear familias numerosas con muchos hijos.
Una de las mayores fuentes de ideas sociales autodestructivas en Europa es la implementación de la Educación Sexual Integral. Estos son programas radicales de educación sexual que en realidad alejan a los niños y adolescentes de su fe y sus familias, e incluso de sus propios cuerpos. La «educación» fomenta conductas sexuales de alto riesgo e ideas tomadas de la teoría del género o el feminismo radical. El objetivo de este tipo de “educación sexual” es normalizar las relaciones sexuales fuera del contexto del amor y el compromiso, haciendo hincapié sólo el aspecto del placer.
Además, con el pretexto de prevenir los embarazos de menores o la transmisión de enfermedades, estos programas también siguen promoviendo la anticoncepción. Sin embargo, como señaló Edit Frivaldszky, directora del Human Dignity Center, en su conferencia “¿En qué momento fuimos pillados por la Educación Sexual Integral?”, en los países que han implementado tales programas no ha habido disminución en los embarazos no deseados ni decrecimiento en la transmisión de ETS. De hecho, paradójicamente, esta falsa educación sexual no ha hecho más que contribuir a la disminución de las relaciones sexuales, pero no por las razones correctas.
Wendy Wixon, presidenta de United Families International, señaló esta pérdida de valor en la idea del sexo como una de las razones por las que los jóvenes no buscan tener hijos. Otra razón señalada por la ponente estadounidense es el costo financiero de mantener a una familia, lo que pone a muchas personas fuera de carrera antes de que siquiera lo intenten. Gábor Nemeth, director de la Oficina de la Conferencia Episcopal Húngara, también señaló la falta de apoyo gubernamental a las familias, indicando que se ha extendido una mentalidad «anti-vida».
A lo largo del congreso, se prestó especial atención a las políticas de Hungría en favor de la familia. Aunque la solución del problema demográfico en la mayor parte de Europa ha sido dejar las puertas abiertas a la inmigración (en muchos casos de origen musulmán y a menudo muy difíciles de integrar), Hungría fomenta el aumento de su población nativa. Imre Balásházy, vicepresidente de la Alianza de Ciencias de la Familia, explicó en su discurso que la política familiar húngara es tridimensional, basada en el apoyo financiero, la lucha contra el anti-familismo y el fortalecimiento de las familias.
En Population Research Institute nos sentimos honrados y encantados de haber participado de este evento. El futuro de cada país pasa por el bienestar de la institución familiar. Hungría está ofreciendo un gran ejemplo e importantes lecciones a Europa y al mundo. Ojalá Estados Unidos pueda tomar nota de todo esto. ¡Qué oportuno sería que el resto de la Europa moribunda siguiera sus pasos!
El Presidente del PRI, Steven Mosher, viajará este otoño a Hungría para hablar en otra conferencia pro-vida, pro-familia y para reunirse con la Ministra de Asuntos de la Familia.
Publicado originalmente en: Population Research Institute