Últimamente parece como si hubiera regresado a la China comunista. Allí no importa que canal de TV o radio sintonices, no importa que agencia de noticias leas siempre estás recibiendo una dosis del mismo guion oficialista.
La oligarquía actual está tan segura de que pueden manipular nuestro pensamiento que ya ni siquiera se molesta en ocultar lo que hace. Efectivamente, controlan motores de búsqueda, canales de Twitter y las noticias de actualidad. La eliminación de la cuenta del presidente Trump dejó en claro cuál es el siniestro pasatiempo de Jack Dorsey: borrar cuentas que no comulgan con sus «dogmas». Y a estas alturas, todos saben que Mark Zuckerberg se especializa en idear algoritmos que son la versión de alta tecnología para tratarnos como si fuéramos hongos: manteniéndonos en la oscuridad y alimentándonos con estiércol de caballo.
El guión oficialista con respecto a las elecciones presidenciales de 2020, promovida agresivamente por las grandes corporaciones mediáticas de Estados Unidos y las Big Tech, se resume así: No hubo fraude electoral porque los tribunales ya lo han dicho.
Y ambas partes de este mensaje no solo son cuestionables, sino están totalmente reñidos con la verdad.
A la fecha, los grandes medios de comunicación en EEUU y las Big Tech han reprimido y sancionado agresivamente cualquier afirmación sobre posibles irregularidades electorales.
Pero, ¿seguramente habrán notado que, para apuntalar su versión de la realidad, simplemente han dejado de informar sobre las docenas de demandas en curso que lentamente se están abriendo paso a través del sistema judicial? Simplemente han informado de manera general que «Trump ha perdido todas las demandas que han llegado a los tribunales». Otras veces han sido más atrevidos al señalar que el sistema judicial ha examinado a fondo e imparcialmente las demandas de fraude electoral y han dictaminado que son completamente infundadas.
Nada podría estar más lejos de la verdad, como recientemente ha puesto de manifiesto el físico John Droz. Droz reunió a un equipo de científicos e ingenieros – todos voluntarios – para echar un vistazo de cerca a las demandas que se han presentado, toda ellas accesibles en registro oficiales que son públicos. Resumir que va pasando no ha sido una tarea fácil. Ha habido 80 demandas presentadas en relación con las elecciones presidenciales de 2020 por Trump o en su nombre, y cada una de estas demandas consta de docenas de páginas de argumentos y dictámenes.
Un resumen de su informe denominado “2020 Presidential Election Lawsuits Related to Election Integrity” (Demandas Relacionadas con la Integridad de las Elecciones Presidenciales 2020), nos libra de la verborrea a la cual los abogados son tan aficionados y nos deja ver lo esencial: ¿Qué temas estaban en juego?, ¿cómo fue tratado cada caso por los tribunales?, ¿qué evidencia fue objetivamente analizada? y, finalmente y lo más importante, ¿quién ganó y quién perdió?
¿Qué fue lo que encontraron Droz y su equipo?
En primer lugar, de las 80 demandas, 34 han sido retiradas, consolidadas con otras demandas, o desestimadas debido a tecnicismos legales como la falta de legitimación, tiempo o jurisdicción. Los jueces que desestimaron las demandas nunca escucharon la evidencia real de irregularidades electorales y/o fraude, ya que no permitieron que se presentara en sus salas. Tales casos no pueden ser contados como que el sistema judicial dictaminó que no hubo fraude y por tanto como una pérdida para Trump. En todo caso, son evidencia de una falla del sistema judicial para – en un momento de crisis nacional – abordar el problema del fraude electoral.
De las 46 demandas restantes, 25 están todavía en curso, de modo que el ganador y el perdedor de estos casos aún no se ha determinado, mientras que 21 ya se tienen adjudicado por completo a un ganador. Se trata de casos en los que el tribunal escuchó los argumentos, consideró las pruebas pertinentes, y luego emitió una decisión formal sobre el fondo. Y evidentemente, estas demandas son las que cuentan.
Quizás le sorprenderá saber que, de estas 21 demandas, Trump ha ganado 14 y ha perdido 7.
En otras palabras, Trump ha ganado dos tercios de las demandas que han sido sentenciadas por los tribunales hasta la fecha.
Pero por supuesto, no espere escuchar esto en el noticiero de TV en prime time.
John Droz señala puntualmente que, a pesar de las acusaciones generalizadas de fraude electoral masivo:
«… sólo tres (3) de estas demandas trataron materialmente los votos ilegales (ciudadanos que votan dos veces, votos de personas fallecidas, etc.). Sospechosamente, los tres casos siguen abiertos.»
«Además, sólo tres (3) demandas abordaron imprecisiones de la máquina de votación (intencionales o accidentales). Una de ellas fue desestimada (debido a la jurisdicción), una fue desestimada (debido a la jurisdicción), y una todavía está abierta (el descubrimiento fue concedido)».
«La explicación probable para que hubiera tan pocos casos en estas dos áreas es que la prueba legal del fraude o las manipulaciones de las máquinas de votar son procesos que consumen mucho tiempo, que requieren trabajo de investigación muy sólida y documentada. Simplemente no hubo suficiente tiempo para hacerlo antes de los puntos clave del proceso de elección presidencial (como la votación del Colegio Electoral)».
Felicito a John Droz y a su equipo por ayudar a educar al público sobre los esfuerzos legales en curso para garantizar la integridad de las elecciones.
Creo que todo el mundo entiende que, si nos arrebatan la posibilidad de elegir autoridades manipulando nuestros votos, ya no estamos viviendo en una democracia.