Por Steven Mosher
CNN acaba de anunciar que ha descubierto un «vasto tesoro de documentos filtrados que muestran que China no reportó los números COVID-19» y que deliberadamente encubrió la gravedad de la epidemia.
El único problema con esta primicia noticiosa de CNN es que tiene casi un año de antigüedad y, como muchos le han respondido a su tweet, CNN eran de los pocos que la ignoraban. Por supuesto a nadie le sorprendería que haya sido a propósito debido a su abierto favoritismo por el candidato demócrata Joe Biden.
Efectivamente, mientras CNN reportaba alegremente propaganda desde China como las «celebraciones» de «todos los pacientes curados», el resto del mundo siempre supo desde febrero que los líderes comunistas de China escondieron información sobre la epidemia todo el tiempo que pudieron. Después de que el brote comenzó a finales del año pasado en la ciudad de Wuhan, silenciaron a sus propios médicos y bloquearon las visitas de investigadores médicos extranjeros. Mintieron sobre el virus a la OMS y luego consiguieron que la OMS mintiera por ellos. Permitieron a los viajeros de China propagar el virus a más de 180 países al mismo tiempo que ponían a decenas de millones de su propia gente en cuarentena.
Beijing hizo todo esto mientras informaba de un número de casos y muertes tan ridículamente bajo que la mayoría de las agencias de noticias serias permanecieron escépticas.
Auténticos periodistas como los que trabajan en Radio Free Asia (Radio Asia Libre), financiada por el gobierno de EEUU, comenzaron a hacer indagaciones. Esta emisora informó a finales de marzo que el número de muertos en Wuhan era muchas veces superior a los 2.500 o más que Beijing estaba aceptando en ese momento. A medida que los cuerpos se amontonaban en los crematorios de la ciudad y llegaban camiones cargados de urnas fúnebres para recoger las cenizas de los fallecidos, estimaron el número real de víctimas del coronavirus en 46.800.
CNN, por su parte, se tragó el conjunto narrativo de Beijing y pronto comenzó a regurgitar su propaganda de la misma manera.
El 15 de abril de 2020, por ejemplo, CNN informó que «ni un solo miembro de las fuerzas armadas del país ha sido infectado». Ante estas “evidencias” y en la opinión de CNN, Estados Unidos no lo estaba haciendo tan bien como China:
«El reporte de ausencia de casos entre las fuerzas armadas de China se produce a pesar de que miles de efectivos del personal militar fueron enviados a Wuhan para ayudar a los esfuerzos médicos de primera línea. Provoca también un agudo contraste con… Estados Unidos, que ha sufrido un repunte de casos en las últimas semanas».
¿Cuál fue la fuente de CNN para informar que el ejército de China estaba manejando el coronavirus mucho mejor que las fuerzas armadas de Estados Unidos? El sitio web del Ejército Popular de Liberación de la China Comunista, que por supuesto no es un fan de los militares estadounidenses.
Durante el último año, CNN ha publicado muchas de sus historias de coronavirus directamente de los periódicos de propaganda estatal de Beijing, pero mi favorita de todas es esta joya del 7 de abril de 2020:
«China no reportó nuevas muertes por coronavirus o casos de transmisión local ayer, según la Comisión Nacional de Salud del país… Hubo 32 nuevos casos – todos ellos importados del extranjero».
Dejando de lado el esfuerzo predecible por culpar de la epidemia a los extranjeros, pues siempre hay un chivo expiatorio muy conveniente para el xenófobo Partido Comunista Chino, basta pensar un poco sobre la afirmación de «no hay nuevos casos» en un país del tamaño de China. Y preguntarse lo siguiente: Si eso fuera cierto, ¿por qué los 11 millones de habitantes de Wuhan, junto con millones en otras partes de China, todavía están encerrados en cuarentena? Es absurdo por donde lo mires.
¿No será más bien que la sagaz élite en CNN estuviera más que feliz comunicando las afirmaciones más escandalosas del Partido Comunista Chino casi literalmente, simplemente para que Estados Unidos y el presidente Trump se vean mal?
Y ahora que las elecciones han terminado, ¿no será tal vez que han decidido que es hora de dejar de servir como brazo de propaganda no oficial del Partido Comunista Chino – al menos en lo que respecta al coronavirus – para que el próximo presidente no se vea mal porque esperan que sea Biden?
En cuanto a mí, estaré pendiente de CNN, esperando con ansias su próxima «exclusiva». Tal vez para el próximo año CNN «descubrirá» que el virus de China vino de… China.
Ahora eso sí lo considerarán noticia.
Steven W. Mosher es Presidente de Population Research Institute y autor de “Bully of Asia: Why China’s ‘Dream’ is the New Threat to World Order.”