La idea de algunos de que los hijos de parejas del mismo sexo pueden ser igualmente criados que si tuvieran padre y madre, podría ser errada según señalan los resultados de recientes estudios dados a conocer en Estados Unidos.
El experto de la Universidad de Princeton, el profesor John B. Londregan, que ha reunido los estudios en un libro suyo de reciente publicación, afirma que “la Asociación Americana de Psicología ha declarado que no hay diferencias en la capacidad de paternidad de las parejas del mismo sexo en comparación a las parejas heterosexuales casadas”.
En declaraciones a CNA –agencia en inglés del grupo ACI– el catedrático explica sin embargo, que “esta afirmación se basa esencialmente en la evidencia de estudios que usan pequeñas ‘muestras de conveniencia’ lo que distorsiona el efecto de la investigación y lleva a un mensaje errada al debate público”.
El libro de Londregan, que enseña política y asuntos internacionales en Princeton, se titula “No Differences? How Children in Same-Sex Households Fare” (¿No hay diferencias? ¿Cómo se comportan los niños en hogares del mismo sexo?)
Publicada por el Instituto Witherspoon, cuya sede se ubica en el campus de Princeton en Nueva Jersey, los estudios citados en el libro muestran algunas diferencias estadísticas entre los niños criados por padres homosexuales y los niños criados por padres heterosexuales.
Por ejemplo, los hijos criados en hogares homosexuales tienden a tener los mismo problemas que los hijos de madres solteras como el desempleo, el abandono escolar y el consumo de drogas.
Londregan considera que la “relativa inestabilidad” de las parejas homosexuales comparada con la de los padres heterosexuales podría ser el factor primario en las cosas que van logrando los hijos.
También explicó que en las investigaciones hay dificultades para obtener buenos resultados porque hay pocos padres del mismo sexo que críen hijos. Un investigador debe tener un gran número de personas para sacar una conclusión, indica.
Algunos de los trabajos del libro muestran análisis realizados por los autores, mientras que otros examinan la verosimilitud de algunos estudios sobre la estructura familiar, especialmente los relacionados a la capacidad de crianza de las parejas del mismo sexo.
Uno de los textos, escrito por Loren Marks, especializada en estudios sobre la familia en la Universidad Estatal de Lousiana, se centra en la postura de la Asociación Americana de Psicología, quienes señalan que la crianza de los padres homosexuales es tan efectiva como la de las parejas heterosexuales.
Marks descubrió que muchos de los estudios enfocados en la crianza por padres del mismo sexo utilizan muestras pequeñas de solo una o dos docenas de parejas homosexuales y otra con un número similar de parejas heterosexuales. De ese modo el tamaño de la muestra no constituye una población representativa y ocasiona una distorsión en el análisis estadístico.
Muchos de los pequeños estudios fallan al utilizar un grupo suficiente de comparación de padres heterosexuales o al comparar “muchas parejas de lesbianas con educación con progenitores de diferente sexo que están solteros”, comentó Londregan.
El sociólogo de Stanford, Mark Rosenfeld, analizó las cifras de un censo realizado en el año 2000 e indicó que no hay diferencias en los resultados entre los hijos criados por padres homosexuales y aquellos criados en familias heterosexuales.
Rosenfeld argumentó que deben separarse en dos grupos los datos sobre los niños adoptados con los niños que cambian constantemente de casas de acogida. En primer lugar porque indican la inestabilidad de la familia y porque las parejas del mismo sexo tienden a adoptar niños con problemas.
Sin embargo, esta aproximación niega la posibilidad de que la inestabilidad familiar sea “un mecanismo importante por el cual los hijos de padres del mismo sexo puedan resultar peor que aquellos con padres casados heterosexuales”, indica Londregan.
Otro estudio señala que las madres del mismo sexo tienen dos veces más posibilidades de terminar su relación en comparación a los padres heterosexuales casados.
El investigador Douglas Allen, revisando información del censo de Canadá de 2006, encontró que los chicos en la parte final de la adolescencia y que han sido criados por lesbianas concluyen la secundaria casi en la misma tasa que los criados por madres solteras, de la misma forma que los hijos criados por una pareja de gays concluyen la secundaria en la misma tasa que los criados por hombres solteros. Estos son “déficits significativos” en comparación a los hijos criados por un hombre y una mujer.
Allen también descubrió que las hijas criadas por hogares del mismo sexo resultan peor que los hijos, una disparidad no evidente en otra estructura familiar que él ha estudiado.
Otro estudio se refiere luego a la investigación hecha por el sociólogo de la Universidad de Texas, Mark Regnerus de 2012, que se realizó con más de 15 mil jóvenes y jóvenes adultos para analizar su niñez, identificando si sus padres habían tenido o no una relación con alguien del mismo sexo.
La investigación encontró diferencias “estadísticamente significativas” en 25 de cada 40 resultados entre los hijos adultos de padres heterosexuales y los hijos adultos de madres que tuvieron alguna vez relaciones con personas del mismo sexo. El estudio fue muy criticado por el lobby LGTB, que se quejó formalmente ante la Universidad, algo que la Casa de Estudios rechazó.
Fuente: aciprensa