Owen Stevens no ha aparcado físicamente el autobús de HazteOir.org (conocido en Estados Unidos como el #FreeSpeechBus) que proclamaba «los niños tienen pene, las niñas tiene vulva» en la puerta del rectorado de la Universidad estatal de Nueva York. Pero no le ha hecho falta para ser objeto de la censura y la cultura de la ‘cancelación’ de todo discurso políticamente incorrecto.
En un minuto y a través de su cuenta de Instagram, este joven resumió con claridad lo que la ciencia explica de la sexualidad humana desde la biología y contradice el pensamiento anticientífico de la idelogía de género:
«Voy a ser muy claro: Un hombre es un hombre. Una mujer es una mujer. Un hombre no es una mujer. Y una mujer no es un hombre. Un hombre no puede convertirse en mujer. Y una mujer no puede convertirse en un hombre. Si soy un hombre y pienso que soy una mujer, sigo siendo un hombre. Si soy una mujer y pienso que soy un hombre, sigo siendo una mujer. No importa lo que sientas por dentro, es irrelevante respecto de tu estatus biológico. No cambia la biología. La biología es muy clara. Es muy muy muy clara. Y es binaria. O caes [en la categoría de] hombre o [en la de] mujer. Y si eres intersexual terminas siendo hombre o mujer. Es un grupo de personas tan pequeño que no tiene sentido calificarlo como estadísticamente relevante y, en aplicación de esto, configurar nuestra definición de ‘género’. No tiene ningún sentido».
El vídeo fue publicado a finales de noviembre del pasado año y ha tenido más de 3.000 reproducciones y una consecuencia directa para Owen, que ve peligrar sus estudios por defender su libertad de expresión.
La Universidad Estatal de Nueva York le ha escrito para comunicarle que está suspendido hasta que no retire el vídeo objeto de polémica y otros publicados en sus redes sociales que, a juicio de la universidad «cuestionan» su capacidad para «mantener un ambiente de clase que protege el bienestar mental y emocional de todos [sus] estudiantes», tal y como recoge Daily Wire.
Plan de reeducación
La Universidad también defiende que lo expresado por Stevens conforme a la biología, está «en conflicto» con la Ley de Dignidad para Todos los Estudiantes del estado.
Si Owen Stevens quiere seguir cursando sus estudios de educación, deberá someterse a una suerte de «plan de reeducación» que incluye, además de eliminar los contenidos políticamente incorrectos de sus redes y atenuar su presencia en estos ambientes, acudir a algunas sesiones de «capacitación» aprobadas por la universidad.
Desde que comenzara el calvario. Owen se ha mantenido firme en su determinación de no autocensurarse por expresar con respeto y de acuerdo a la biología sus opiniones, pese a las amenazas que ha recibido, también por parte de otros estudiantes.
«He cometido errores a lo largo del camino. Pero, cuando crees en algo, merece la pena sacrificar todo», comenta Stevens en otra publicación en Instagram del pasado mes de enero en la que afirma, no obstante que «no significa que que no siga doliendo, o que no me mate por dentro que tanta gente quiera verme desamparado y desarmado por mis creencias».
Pese a todo, Owen Stevens ha seguido publicando mensajes en los que expresa sus pensamientos y convicciones:
- El aborto es «el mayor genocidio de la historia del ser humano».
- «Dios nos hizo a todos a su imagen. Así, el color [de la piel] no importa nada. Es lo mismo que le color del pelo. No tiene efecto. Lo que importa es tu carácter. Tu humanidad. Tu individualidad como persona. Quién eres, no qué aspecto tienes. El color de la piel no es importante. El contenido de tu carácter y tus acciones y valores sí».
Campaña de respaldo a Owen Stevens
La plataforma CitizenGO ha puesto en marcha una campaña dirigida al presidente de la Universidad Estatal de Nueva York, Jim Malatras, en el que cuestiona la actitud de la institución respecto a Stevens: «Que un centro de conocimiento y de transmisión del saber censure una evidencia resulta preocupante. Que considere que este hecho viola las normas de convivencia, también. Porque si no hay certezas, ¿a qué se dedica exactamente la universidad?, ¿qué conocimientos se supone que transmite?».
«Que haya personas que no se sientan identificadas con su sexo es una realidad que cabe afrontar desde la psiquiatría y la sociología, con el máximo respeto pero también con el máximo rigor científico», prosigue la argumentación, que recuerda la vigencia de la Primera Enmienda a la Constitución de los Estados unidos que protege la libertad de expresión.
«Le exijo que levante la suspensión del estudiante Owen Stevens y pida disculpas por el daño generado -este sí- sobre él y sobre todos los que pensamos como él», concluye el mensaje.