Extraordinaria victoria pro vida en México: Suprema Corte de Justicia rechaza aborto

Por Carlos Polo

El 29 de Julio la Suprema Corte de Justicia de México rechazó la demanda que pretendía despenalizar el aborto en el país por cuatro votos contra uno. Con esa decisión terminaron semanas de angustia y de intenso trabajo de decenas de organizaciones pro vida. Pero, como lo han expresado claramente sus principales líderes, también empieza una nueva etapa en la cual millones de mexicanos amantes de la vida y de la familia se prepararán para participar efectivamente en las próximas elecciones buscando autoridades que verdaderamente los defiendan y representen.

México está viviendo una guerra nacional contra la vida promovida por su Presidente Andrés Manuel López Obrador y la Secretaria de Gobernación (Ministro del Interior), Olga Sánchez Cordero. En plena pandemia COVID19, el propio  presidente ha declarado que el aborto es un servicio esencial. Actualmente y a través de su mayoría oficialista, el gobierno está buscando la total despenalización del aborto en 28 de los 32 estados de México. Precisamente, la reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia se originó en una demanda contra la votación a favor de la vida del congreso del estado de Veracruz. Esta demanda pretendía que el Poder Judicial ordene al congreso de Veracruz que desconozca esta votación y revierta su decisión. Dicha demanda fue acogida por el presidente de la Suprema Corte pero sus otros 4 miembros votaron en contra.  De haber sido lo contrario, el precedente judicial hubiese sido usado en los demás estados para despenalizar el aborto sin importar la competencia legislativa de los congresos estatales o pasando por encima de ella.

Es claro que la división de poderes o la misma la democracia ya no son principios inalterables en México. De otra manera, esta demanda hubiera sido absurda y declarada inadmisible desde sus inicios. 

Quizás el gobierno pensó que la pandemia sería la ocasión ideal para cumplir con su agenda abortista. Con la excusa de evitar el contagio, la población estaría encerrada y el gobierno con un poder desmedido recortando libertades fundamentales. Pero subestimaron la capacidad de movilización ciudadana de las organizaciones pro vida.

Terminada la batalla y conseguida la victoria suena todo muy simple y fácil. Pero la realidad es que el movimiento pro vida de México viene modelándose como el metal lo hace con el fuego. Y la buena noticia es que esta victoria se recibe con mucha prudencia. Sus líderes hoy día celebran pero saben que les queda un largo camino que recorrer. Miran el panorama futuro con optimismo pero no ignoran los difíciles retos que tendrán que enfrentar.

Rodrigo Ivan Cortés, presidente del Frente Nacional por la Familia que agrupa a más de mil instituciones en los 32 estados mexicanos, declaró minutos después de conocer la decisión de la Suprema Corte: “Hoy hay que festejar. Pero también reconocer el mérito de cada uno de ustedes, los que protestaron frente a la Corte y los que desde su casa enviaron más de 200,000 emails a cada uno de los jueces con el hashtag #CorteAbortoNo. Esta campaña de CitizenGO fue espectacular. Saturó sus cuentas email y nos hicimos escuchar. La lucha sigue en cada uno de los 28 estados con iniciativas de aborto promovidas por Olga Sánchez Cordero. Pero nos toca celebrar porque hoy ganó la vida”.    

Los jóvenes también  jugaron un papel muy importante. Alison González, vocera de Pasos por la Vida, señaló que esta victoria es fruto del trabajo y la oración de muchas personas: “Miles de mexicanos logramos hacernos escuchar a través de acciones coordinadas con diputados, empresarios y muchos jóvenes. El reto era muy difícil. Era una decisión trascendental en manos de 5 jueces que ya habían llegado a la cúspide de su carrera profesional y más bien buscando un puesto político. Sabíamos que teníamos que cercanos de una manera distinta. Así que emprendimos una actividad muy fuerte en Facebook, Twitter y otras redes sociales. Salimos de la burbuja pro vida y pusimos el tema en todas las mesas de debate público. Trabajamos 24/7 y por varios días fuimos tendencia política. Lo mejor es que fuimos muchos y muy diferentes. Esta diversidad de estilos enriqueció nuestra voz ciudadana”.

Y efectivamente, fueron muchas organizaciones trabajando arrastrando también a otros sectores de la vida pública.  Más de 200 legisladores de todos partidos, así como más de 200 juristas mexicanos, expresaron su rechazo al intento de abrir las puertas a la despenalización del aborto en todo México en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La voz de la Iglesia Católica también fue decisiva un día antes de la decisión de los jueces. En un comunicado publicado el 28 de julio, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseguró que esta práctica “no es un apoyo para la mujer” Por el contrario, “(la mujer) puede ser incluso víctima al encontrarse en el vientre de su madre” y  alentó “a todos los fieles, a los legisladores, abogados y a todos los ciudadanos a seguir levantando fuertemente la voz, en defensa de la vida y de la dignidad humana”.

Otra de las organizaciones que ha movilizado a muchos pro vida mexicanos es Conciencia y Participación. Su director Marcial Padilla tiene muy clara la importancia clave de la participación ciudadana: ““Este triunfo nos demuestra que es necesario articular una agenda social en torno a la dignidad de la persona, que tenga relevancia y peso de decisión en la agenda pública. Nuestro objetivo debe ser que los tomadores de decisión, como el Poder Judicial en este caso, interpreten la ley a partir de los documentos fundamentales que reflejan la identidad de la nación. Por lo tanto, debemos preguntarnos todos los días qué estamos haciendo para que las autoridades reflejen en sus decisiones el derecho a la vida desde la concepción y otros derechos fundamentales. En EE.UU. hace 50 años se descuidaron y les impusieron Roe vs. Wade. Y puede ser que les vaya a tomar otros 50 corregir ese error. Legalizar el aborto es arrebatarnos el derecho a la vida. Que suceda o no depende en buena parte de lo que estamos haciendo día a día”. 

La guerra entre la vida y la muerte seguirá librándose en México.  Y cada día más personas se comprometen a través de organizaciones civiles. Su reto es tener autoridades que sí los representen en su deseo de preservar el amor de los mexicanos por la Vida.

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